Cuando nos avocamos a investigar sobre los orígenes historicos del shiatsu, es frecuente encontrarse con lo que podremos llamar "la historia oficial", donde se menciona a un Importante Maestro como el creador del Shiatsu. Elegi trabajar este texto, atento que Masunaga Sensei expone en forma detallada y documentada, otra version de los inicios, así como la conducta de aquellos que originaron este movimiento terapéutico.
Probablemente generara polémica, pero es una versión para tener en cuenta y enriquecer nuestro conocimiento
Daniel Donatto
Origenes del Shiatsu -Primera entrega-
Febrero-junio 1976
A principios de septiembre (1976), visité por primera vez la editorial “Idô No Nipón”. Al evocar la cuestión de quién le dio al Shiatsu su nombre, quisimos echar luz sobre la historia de los orígenes del Shiatsu y yo fui el encargado de asumir esta responsabilidad.
El origen del Shiatsu probablemente no remonte a un periodo anterior a la institución de la ley que reglamentó la profesión del masaje en 1922, es al menos lo que afirma el Sr. Oguro (1). Cuando vemos como mitos y verdades ya parecen mezclarse en una historia tan reciente, ¿cómo podríamos sorprendernos de las incesantes discusiones sobre hechos históricos que remontan a la Antigüedad? En las condiciones actuales, en que la profesión del Shiatsu se encuentra mayormente representada por los terapeutas que egresaron de la Academia luego de la entrada en vigencia de su legislación y en que el conocimiento del Shiatsu por parte del público era generalmente producto de la publicidad televisiva, existen fuertes probabilidades para que se considere como mito todo lo referido al Shiatsu y que remonta a los últimos tiempos de la era Taishô (años 1912-1926) hasta el principio de Shôwa (años 1930) (2). Yo mismo, que nací en el decimocuarto año de Taishô (1925) y que le sucedí a mis padres en el ejercicio del Shiatsu, escribí varias obras sobre el tema, pero en cuanto a la cuestión de la historia del Shiatsu, sigo en el mismo punto.
Al no haber sido testigo, se debe escribir a partir de fuentes de información seguras; la búsqueda del material se vuelve entonces un trabajo relativamente difícil. Y aunque intentemos conocer los verdaderos orígenes del Shiatsu, esto no será de gran interés para el público; pero para nosotros, los que hacemos del Shiatsu nuestra profesión, es importante dejar en claro la diferencia entre mito y hecho verídico.
Creo que el término Shiatsu se volvió familiar antes de la guerra debido a su presentación en el “Jissaïteki Kango No Hiketsu”, la obra sobre “El secreto de los cuidados cotidianos” de Takichi Tsukuda, publicado bajo el título popular de “Akahon” – “El libro rojo”. No sabría decir cuantas ediciones de esta obra se acumularon desde el decimocuarto año de Taishô (1925), año de mi nacimiento, pero aún sigue publicándose, y desde hace aproximadamente cincuenta años, se publicaron más de 1 600 ediciones. La obra había sido escrita para que las familias de los militares de la marina adquirieran conocimientos acerca de cómo curarse y gozaba de buena reputación, al haber adoptado para los cuidados cotidianos numerosas formas de terapias empíricas conocidas por su eficacia, a diferencia de los libros escritos por profesionales de la medicina. El artículo “El tratamiento por el Shiatsu”, publicado como suplemento de esta obra, debió provocar un gran impacto en aquella época: en el prólogo de su libro “Anpuku Zukaï To Shiatsu” – “Explicación del Anpuku por la imagen y la terapia del Shiatsu” – el Sr. Isawa, el más antiguo discípulo del Maestro Namikoshi (3), escribió que había empezado a interesarse en el Shiatsu aproximadamente en el séptimo año de Shôwa (1932), luego de haber leído este “libro rojo”.
El autor de esta obra escribía: “No sé cuál es el origen de esta terapia. ¿Acaso proviene de la quiropraxia o de uno de esos métodos que están de moda en los Estados Unidos? Hoy en día existen muchas escuelas de Shiatsu y, presentadas bajos diversos nombres como “Terapia del Shiatsu según…”, o “Terapia de la circulación de la sangre” o “Terapia por la Mano Inspirada”, etc., éstas curan, gracias a sus maravillosas técnicas, enfermedades difíciles que dejan a los médicos convencionales en una situación embarazosa y también producen una serie de efectos interesantes como, por ejemplo, adelantarse a la enfermedad. Por estos motivos, el público empezó a interesarse en los efectos de los tratamientos sin medicamentos, cuya reputación no parece dejar de crecer. Es así como, al tener la necesidad de verificar por mí mismo el modo en que esta terapia actúa sobre la patología y si realmente se trataba de un tratamiento válido y racional, tal como lo indicaba su reputación, investigué sobre la teoría del Shiatsu durante algunos meses en tres escuelas distintas. Durante esta investigación, me sorprendí al observar que algunos enfermos de mayor complejidad, que ya habían intentado ser curados en vano por otros médicos, se recomponían unos tras otros. Ahora bien, se trataba de enfermos afectados por enfermedades malignas, algunas de las cuales parecían no tener cura. Entonces tuve la convicción de que esta forma de terapia pronto contribuiría ampliamente al campo de la medicina concurrentemente a las terapéuticas con medicación.” El autor agregaba a este texto una exposición simple de la teoría, así como ilustraciones que indicaban la práctica a realizarse sobre el conjunto del cuerpo. Considero inestimable el modo en que semejante apreciación por parte de este autor sirvió la causa del Shiatsu.
El origen del Shiatsu probablemente no remonte a un periodo anterior a la institución de la ley que reglamentó la profesión del masaje en 1922, es al menos lo que afirma el Sr. Oguro (1). Cuando vemos como mitos y verdades ya parecen mezclarse en una historia tan reciente, ¿cómo podríamos sorprendernos de las incesantes discusiones sobre hechos históricos que remontan a la Antigüedad? En las condiciones actuales, en que la profesión del Shiatsu se encuentra mayormente representada por los terapeutas que egresaron de la Academia luego de la entrada en vigencia de su legislación y en que el conocimiento del Shiatsu por parte del público era generalmente producto de la publicidad televisiva, existen fuertes probabilidades para que se considere como mito todo lo referido al Shiatsu y que remonta a los últimos tiempos de la era Taishô (años 1912-1926) hasta el principio de Shôwa (años 1930) (2). Yo mismo, que nací en el decimocuarto año de Taishô (1925) y que le sucedí a mis padres en el ejercicio del Shiatsu, escribí varias obras sobre el tema, pero en cuanto a la cuestión de la historia del Shiatsu, sigo en el mismo punto.
Al no haber sido testigo, se debe escribir a partir de fuentes de información seguras; la búsqueda del material se vuelve entonces un trabajo relativamente difícil. Y aunque intentemos conocer los verdaderos orígenes del Shiatsu, esto no será de gran interés para el público; pero para nosotros, los que hacemos del Shiatsu nuestra profesión, es importante dejar en claro la diferencia entre mito y hecho verídico.
Creo que el término Shiatsu se volvió familiar antes de la guerra debido a su presentación en el “Jissaïteki Kango No Hiketsu”, la obra sobre “El secreto de los cuidados cotidianos” de Takichi Tsukuda, publicado bajo el título popular de “Akahon” – “El libro rojo”. No sabría decir cuantas ediciones de esta obra se acumularon desde el decimocuarto año de Taishô (1925), año de mi nacimiento, pero aún sigue publicándose, y desde hace aproximadamente cincuenta años, se publicaron más de 1 600 ediciones. La obra había sido escrita para que las familias de los militares de la marina adquirieran conocimientos acerca de cómo curarse y gozaba de buena reputación, al haber adoptado para los cuidados cotidianos numerosas formas de terapias empíricas conocidas por su eficacia, a diferencia de los libros escritos por profesionales de la medicina. El artículo “El tratamiento por el Shiatsu”, publicado como suplemento de esta obra, debió provocar un gran impacto en aquella época: en el prólogo de su libro “Anpuku Zukaï To Shiatsu” – “Explicación del Anpuku por la imagen y la terapia del Shiatsu” – el Sr. Isawa, el más antiguo discípulo del Maestro Namikoshi (3), escribió que había empezado a interesarse en el Shiatsu aproximadamente en el séptimo año de Shôwa (1932), luego de haber leído este “libro rojo”.
El autor de esta obra escribía: “No sé cuál es el origen de esta terapia. ¿Acaso proviene de la quiropraxia o de uno de esos métodos que están de moda en los Estados Unidos? Hoy en día existen muchas escuelas de Shiatsu y, presentadas bajos diversos nombres como “Terapia del Shiatsu según…”, o “Terapia de la circulación de la sangre” o “Terapia por la Mano Inspirada”, etc., éstas curan, gracias a sus maravillosas técnicas, enfermedades difíciles que dejan a los médicos convencionales en una situación embarazosa y también producen una serie de efectos interesantes como, por ejemplo, adelantarse a la enfermedad. Por estos motivos, el público empezó a interesarse en los efectos de los tratamientos sin medicamentos, cuya reputación no parece dejar de crecer. Es así como, al tener la necesidad de verificar por mí mismo el modo en que esta terapia actúa sobre la patología y si realmente se trataba de un tratamiento válido y racional, tal como lo indicaba su reputación, investigué sobre la teoría del Shiatsu durante algunos meses en tres escuelas distintas. Durante esta investigación, me sorprendí al observar que algunos enfermos de mayor complejidad, que ya habían intentado ser curados en vano por otros médicos, se recomponían unos tras otros. Ahora bien, se trataba de enfermos afectados por enfermedades malignas, algunas de las cuales parecían no tener cura. Entonces tuve la convicción de que esta forma de terapia pronto contribuiría ampliamente al campo de la medicina concurrentemente a las terapéuticas con medicación.” El autor agregaba a este texto una exposición simple de la teoría, así como ilustraciones que indicaban la práctica a realizarse sobre el conjunto del cuerpo. Considero inestimable el modo en que semejante apreciación por parte de este autor sirvió la causa del Shiatsu.
(1) Sadakatsu Oguro: Terapeuta de Shiatsu de principio de siglo que publicó en revistas una serie de artículos en la sección “La historia del Shiatsu”. Es autor de varias obras sobre la teoría del Shiatsu, como “El principio del tratamiento de Shiatsu”, entre otras.
(2) Era Shôwa: periodo de la historia japonesa de 1926 a 1989, del nombre del emperador regente: Hirohito, hijo del emperador “Taishô”, al que sucedió en 1926, luego de ser nombrado regente en 1921.
(3) Tokujirô Namikoshi (1905-…): terapeuta de Shiatsu: En 1940 fundó la Academia japonesa de Shiatsu y la dirigió durante muchos años. De este modo, muchos terapeutas aprendieron en esta Academia la técnica de Shiatsu llamada “de Namikoshi”.
Shizuto Masunaga
Publicado en la revista "Ido No Nippon"
Traduccion:E Kohen
Revisión técnica: Daniel Donatto
Agradecimientos: A Pepe Gil Vázquez por el soporte y la colaboracion
3 comentarios:
Muchas grácias
Muchas grácias
Gracias por compartir este articulo muy importante. Una pregunta: esta disponible en ingles?
Ted Thomas
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